No sabemos como llegaste aquí, ni lo que estas buscando, pero esto es con lo que te vas a encontrar

lunes, 23 de mayo de 2011

Paso tras paso, paisaje desolado de otoño,sensación colectiva de intromisión, de perspectiva poética.Una soledad encantadora recorre las calles con viento húmedo y helado y los caminantes pensamos temas parecidos, existenciales, enterrados y profundos, todos y cada uno con la convicción de la filosofía barata, y la promesa de materializarla en un escrito-medianamente- literario en cuanto podamos encontrarnos con la hoja en blanco (futuro casi mentiroso,la mayoría de las veces). Lo que abriga es encontrarse afuera, solo,lejos,pero con la esperanzadora certeza de que en algún momento se ah de llegar...¿donde? Nos olvidamos, todos nos olvidamos, para tener quizás alguna nostalgia o para sentirnos parte de ese enormísimo signo de preguntas que comenzamos los otoños;producto de la ausencia de la eternidad que nos regalo el verano.




La cuestión es que caminamos, camino,- y no puedo evitar el elegir creer que de los otros lados es similar, por eso personifico, y quizás cambio el genero o el número- por esta especie de esqueleto reseco que se vuelve la ciudad, y surge cómo milagrosa la sensacion del encuentro, del choque espejado, la certeza infundamentada toma cómo argumento la personificación anterior, mientras charlo -charlas/charlamos- con ese que esta adentro, que nos conoce y comparte, y discute, que q veces es conciencia, que aveces es alter ego o quizas es la idea de una persona que no se conoce del todo pero que se acerca un poco a ese otro yo y uno elige ponerle el disfraz. Personalmente elijo creer que es mágica la evocacion que surge cuando esperamos “encontrar”, aunque no sea especifica, porque cuando necesito ese “no se que” siempre aparece, (sobre todo cuando las hojas amarillas empiezan a volarse como papelitos de concurso de susana gimenez -pero al ritmo de musica clasica- sobre calles en las que se acumulan en colchones crugientes)y aparece personificado de mil maneras, por eso sugiero que abran bien los ojos y que la nostalgia no se torne pesimismo, porque puede aparecer como un pajaro volando raso, o cómo un perro que nos acompaña, como postal tirada en nuestro camino o de la manera mas sorprendente que es la de encontrarse a otra persona, en que en el mejor y aún mas extraño de los casos nos acompaña en una charla, la que quizas en el fondo tenga absolutamente este animo otoñal ,pero este cubierta por un halo de “normalidad”,de no-cosmovision, de mundanería... pero que en el fondo agradece el pequeño encuentro, en ese caso intercambiaremos cigarrillos o fuego o mates, y luego volveremos a la marcha.



Lo mas maravilloso es tener la sensación de que con un abrigo -quizás un paraguas- y un atado de cigarrillos no se necesita mas nada, ni siquiera all you need is love, ni siquiera un peso para el cole, nada de nada, y la promesa seguira clavada, esa de escribir el viaje mágico, que puede ser domingo por la tarde, dia de semana nublado por la mañana, sábado 20 hs por calles arboladas, llegarás -llegaré,llegarémos-a nuestra casa, a ningún lado, a visitar a alguien de sorpresa, a trabajar, a la escuela y sólo se podrá pensar en el contraste del calor con el frio de la calle, que nos borra de a poco recuerdos de ese itinerario y lo reduce a un medio, no a un fin en si mismo.
Flor

1 comentario:

Anónimo dijo...

yo yo yo camino sin rumbo con busqueda de ese no se que