No sabemos como llegaste aquí, ni lo que estas buscando, pero esto es con lo que te vas a encontrar

viernes, 20 de mayo de 2022

El Adversario

 

El adversario, el contrincante, la contra, el enemigo.
Es el tipo al otro lado del espejo.
La culpa, la resignación, el odio, el amor.
Es todo lo que le gane y me pertenece.

Arrugas, ojeras, cansancio de un cuerpo estropeado.
Es algo que compartimos y detestamos.
Risas, triunfos, perdón, orgullo.
Es algo que ambos deseamos pero que esta a mi cargo.

¿Y quien lo puede culpar por no intentarlo?
Este mundo es peor de este lado y pocas veces salimos ganando.
El sólo debe mantenerse aferrado a cuatro marcos
Y rezar porque ningún accidente lo destruya antes.

Negar, negarse, negarlos, negarme.
Es el ejercicio mental por excelencia.
Verlo verme inmutable, reflectivo, condescendiente.
Es todo lo que puede hacer desde su mundo repetitivo.

El adversario, el idiota, la imagen, el reflejo.
Es el tipo que marca mis horas en el reloj de la vida.
Los gestos, los ojos, los dientes con espuma.
Es en realidad lo que cuenta para el de mí.

¿Y cuanto tiempo más puedo soportarlo?
Veinte años haciendo alarde de la repetición.
Veinte años mostrando mi cuerpo desasiéndose en trivialidades.
Veinte años, mil años, siguiendo mis pasos, la novia perfecta de la luz crepuscular.

El es el reflejo de todos mis días,
yo soy el reflejo de la humanidad,
y el mundo es el reflejo de un Dios que hace tiempo no se ve.
Reflejos de reflejos repitiéndose hasta el fin de los tiempos.

Mis lagrimas ruedan en el y es más crudo que sentirlas en mi.
Mis ojos buscan un brillo que ni el ni yo sabemos quien nos robo.
Mis manos golpean sus manos, mi boca grita en ambos lados.
Su mundo tiembla y el mío se mantiene sobre la estupidez de miles de años de seguridad falsa.

El adversario, el compañero, el eterno reloj, el amante de la sombra.
Es todo lo que puedo soportar de mí.
Ventanas, pasajes, puertas, marcos, rejas.
Es lo que nos mantiene amarrados en ambos mundos.

Y la incomunicación total,
el silencio devorado por los gritos mudos,
y el miedo en ojos que chocan sin sangrar.
Es en lo que se desviven nuestras noches.


Por Valiente.