No sabemos como llegaste aquí, ni lo que estas buscando, pero esto es con lo que te vas a encontrar

domingo, 30 de octubre de 2011

Velorio.

Por Gelatina Mexicana.

Recuerdo de nuevo este sabor a realidad cruda, su sangre disolviéndose en mi lengua, su consistencia de fibras y células frescas, su olor a vida muerta. Desaparecen todos los colores y sabores que había armado en mi mente para disfrazar ese sabor, para sentir que comía algún dulce sabroso y poder disfrutar un poco la obligada merienda diaria. Odio tener el verdadero sabor en la boca, odio que ese sabor sea el verdadero, y detesto tener que hacer tantos trucos para poder disfrazarlo, además aborrezco recordar todo lo anterior cuando se cuela de golpe a mi mente, en una breve distracción mía en que los sentidos hambrientos siguen su verdadero instinto de sentir. Y otra vez caigo por el tobogán en forma de espiral hacia el submundo, el único lugar que existe plenamente y carece de la fantasía cotidiana. Voces que se alcanzan a oír desde lejos, gritan recordándome aquello de lo que he huido y recordándome con frialdad que este submundo es absolutamente silencioso. He pensado alguna vez que me gustaría poder traerte a ratos conmigo, pero sería cruel compartirte este lugar que nada tiene de positivo y cuyas cualidades no son ni atractivas ni benéficas, este lugar en el que nunca nadie cuerdo desearía estar, al que no puedo evitar volver constantemente, mi lugar. Nadie que sea incapaz de ver podrá llegar, y nadie que sea capaz de ver, como tú,  querrá caer hasta aquí, es comprensible, la realidad no podría sorprenderme con un truco parecido a los que tengo que ingeniarme para subir la escalera del tobogán cada vez que me resbalo, sería tan improbable como la misma existencia de aquél tobogán. A veces me veo desde arriba y me compadezco de mí como lo haría por un ratón atrapado en un laberinto. Regreso a otro recuerdo reciente que todavía vibra en destellos detrás de mis ojos, es la misma desagradable sensación que provocan los momentos que no se detienen para poder pensarlos. Es tan necesario y sería tan placentero quedarse revolviendo las ideas en el aire sin avanzar hacia ningún lado, pero el tiempo corre y tienes prisa, el pensamiento práctico te ordena que me ordenes dejar de amasar y meter la masa al horno o nunca tendremos listo el pan, en el horno se cumplen los minutos y se calcinan los bichitos de la levadura. Todavía me refugio en esas escenas que un día imaginé. Cuando nada coincide con ninguna posible explicación no queda más que imaginar o volver al recuerdo de lo imaginado. Me abrazas para traerme de regreso. Creo que al final de la vida cuenta lo mismo aquello que se imaginó con la fuerza suficiente y la frecuencia necesaria, que lo vivido superficialmente. Después me da risa, esa risa que te aterra, una risa eufórica que se burla de cada palabra dicha, que sirve de consuelo al camuflaje forzado de todo lo expuesto, y sirve de llanto al entierro del submundo que muere por centésima vez para reencarnar más adelante en el tiempo. Veo tus ojos y hago una mirada que no conozco, te doy a entender algo que no imagino, respondes esperanzado- te prometo que dejaré de fumar antes de que acabe el año- hay una pequeña pausa y luego yo sonrío honestamente, con un gesto habitual que te tranquiliza. 

viernes, 21 de octubre de 2011

Dos


Por Flora la Exploradora...


Cierro los ojos, aprieto con fuerza los dientes... no, ella no se va a ir de este lugar, sólo se va a ir después de que yo me haya ido...maldita sea! Mejor dicho la re putísima madre!;si hace 45 minutos hubiera sabido que mis invocaciones aún funcionan no la hubiese nombrado, no la hubiese traído de los pelos a mi mente, y de mi mente incontinente a mi boca floja. 
La persona que está conmigo en el bar la mira sorprendida, debe estar pensando en que sucedió un chiste astral, de que el universo entero se me caga de risa, no, eso lo estoy pensando yo. 
Mientras ella sacude su melena y nos muestra el tatuaje nuevo que se hizo, estira el cuello y hace la maldita mueca de sonrisa y ceja levantada que detesto -tenemos los mismos gestos- me ignora con una naturalidad tal que si no la conociera diría que ni se le nota que lo hace a propósito... 
No se me ocurre que hacer mientras ordeno en mi anaquel mental las emociones: le quiero apretar el cuello? quiero abrazarla? escupirle la cara? pedirle explicaciones?... se ve que todo esto me atonta porque sólo miro el vaso de cerveza, se me acaban de aflojar las rodillas, hace cuánto que no sentía esta ansiedad... creo que mientras ella luce encantadora a mi se me nota que no manejo la tensión. 
Antes de que  mis jueguitos con los dedos y los papeles de la mesa se comiencen a tornar enfermizos me salva la campana, suena un “ringtone” salvador, atiendo, y el oído del otro lado no entiende nada, porque empiezo a inventar una conversación, me auto-contesto, entonces me preguntan  desde el auricular .-estás bien? 
- no, no- mientras me levanto esquivándola –(está en cuclillas al lado de mi silla) estirando la boca cómo en gesto de cortesía, sin apartar el teléfono de mi oído derecho... 

Una vez adentro del baño aclaro  a quien me llama que estoy en estado de shok, y no puedo seguir ninguna conversación coherente, corto y empiezo a observar el viejo y derruido baño; solía ser uno enorme y antiguo  antes de que lo separaran en dos cubículos mas, por suerte todavía conserva la pileta oval  original ,en la que nos sosteníamos el pelo mientras la otra vomitaba. Para mi eran tiempos difíciles, siempre fueron difíciles mis tiempos... 
Y  empieza a parecerme lógico el encuentro, no se puede hablar gratis de las personas, cada vez que las nombramos las invocamos, y eso es justamente lo que le decía a quien me acompañaba 45 minutos atrás, habíamos empezado trayendo a nuestros padres adolescentes a nuestra mesa ,después nos invocamos nosotros mismos de pequeños, invocamos a los profesores inspiradóres,a los garcas , hablamos de los amigos que ya no están ... justamente ahí se me ocurrió nombrarla; seguramente ella y yo  nos habíamos agarrado de las manos en la misma mesa, en el mismo bar, años atrás, seguramente nos habíamos encontrado y todo  nos había parecido infinito, hondo, muy  hondo... eso, antes de prohibirnos decir nuestros nombres. 
Venía a mi a vengar las palabras que se me había ocurrido soltar; este lugar debe ser poco menos que un santuario para nuestra historia,  acá crecimos, lloramos, amamos, rompimos, partimos, un montón, un montón de verbos... acá inventamos cuentos, leímos libros, tomamos los primeros  virtuosos alcoholes, nos hicimos miles de confesiones, y justo acá,   luego de un velo de un año te aparecés, por supuesto, nuestro encuentro tenía que ser así... Mágico. 



Después de vos me quedo  un mal gusto acerca de la gente “mágica” las mujeres mágicas, pff!, después de vos puse en duda el mundo entero, mi mundo entero... me supongo que es porque logramos hacernos sentir eso que la gente tarda tanto en sentir...   precoces  (sospecho que nos encantaba esa palabra), en algún momento eso nos hacía sentir muy especiales, nadie, absolutamente nadie en el mundo entendía el código; con nadie, absolutamente con nadie volví a sentir que se podían bailar las palabras, colorear las notas musicales.   
Cuándo te conocí no me caías bien, tiempo después me dijiste que yo tampoco a vos, calculo que era una especie de envidia, unos celos atroces de ese magnetismo tuyo... pero algún día bajamos la guardia, ahí es que pasó todo eso que ya no me gustó recordar o extrañar con el tiempo,  éramos dos para todo,  charlábamos horas abajo de la cama, o proyectando proyectos, vos me enseñabas a ser hippie, y yo te enseñaba eso que dice la gente que les enseño (todavía no entiendo). 
No te gustaba, no te gustaba nada de nada que nadie se metiera con tus cosas, tus cosas, tu gente, tus ambientes, ¿era yo de esas “cosas”?...a mi no me importaba, estaba segura de que era una burbuja sin dolor...si, si, seguramente era una burbuja, pero  obviamente que venía con la cuota de dolor incluida. 
Había algo oculto debajo de la piel, tomarnos juntas ese licorcito bohemio no nos había echo “hermanas”, curiosamente, y a pesar de que nos queríamos con locura esa palabra nunca se nos quiso caer del bolsillo, quizás porque no correspondía. 

Tal vez  en este momento no tengo demasiadas ganas de pasar en limpio, sólo sé que siento una terrible amenaza, me vuelvo todo lo que hace tiempo que no soy: una ser miedoso; que acaba de activar sus sensores ancestrales, animales, sus funciones de defensa; mis piernas sólo atinan a salir corriendo y es justamente lo que no pienso hacer. Me miro en el espejo: soy yo, cuánto me cuesta ese “yo” en este momento, cuánto superyo mete freno a ese “ello” que no quiero ni oler, no quiero ni saber cuánto guarda abajo... me acomodo  el pelo y abro la puertita- persiana de madera derruida... seguís charlando, me mirás de reojo, y le digo a mi acompañante con total frescura -Era Mariano, quería saber cuándo hacíamos esa comida en su casa- después de soltar la enunciación te miro y te digo -Cómo andás? Que casualidad, justo te habíamos nombrado... girás con mucha elegancia el cuello me mirás con los ojos abiertos, grandotes, raros, y se te hace la sonrisita de costado, esa muequita de desprecio 
-Me invocaron diciendo mi nombre   

(la puta madre! Cuándo será el día que dejemos de saber...) 
De repente me medís, hace cuánto que no nos medimos, a ver ¿“quien la tiene mas grande”?, ya que te hablo, vos, con total frescura decís 
-puedo? 
Pidiendo permiso en la silla que sobra y te sentás, sentás a tu amiga al lado de la mía, y el fuego empieza, una vez mas...ya me había olvidado lo difícil que era charlar con vos intentando poner la negativa a todo lo que dijera la otra... 
Una vez me dijiste que yo me iba de vos, te dejaba sola, te hacía notar que no éramos una oponiéndome a todo, supongo que ahora estás haciendo lo mismo, me marcás con los tapones de punta que todos mis blancos son tus negros. 
Digo “familia” decís “soledad” 
digo”calma” vos decís “movimiento” 
digo “hipocresía” vos decís”verdad” 
digo: “no existe la institución que te abarque por completo, pero no por eso vas a dejar de participar” decís: ”es conveniente así crear tu propia institución” ,digo: ”pero entonces esa no va a abarcar a cada persona”...entonces todo se empieza a relativizar. 


Me aburro.  

Ya no quiero discutir. 


No tiene ningún sentido charlar así, así nunca voy a saber ,y vos tampoco. Cuanta de ese agua que pasó bajo el puente es real?... cuántas suposiciones, cuántas confusiones, cuántas jugadas raras, bizarras nos guardamos bajo la manga?, es mucho mas difícil todo con las mujeres ¡si nos hemos mentido mirándonos a los ojos!, y justamente en eso reside nuestro odio; en lo que cada una supone que la otra le ocultó, peor aún,  es imperdonable pensar que cada momento ocultaba  no sólo una tensión absurda, algo atado adentro haciendo fuerza por salir; sino también una conciencia cruel, que reprimida se desató en odios y venganzas, de las mas infantiles a las mas perversas...  Sólo necesitábamos una excusa, una sola para justificar toda la pasión enrarecida, viciada con abrumadora cotidianeidad, llena de reproches eh infinitos detalles que seguramente ninguna de las dos recuerda: un mismo amante, perdones no perdonados, engaños, un corazón roto, un hombre traicionado, gritos en un baño, averiguaciones impúdicas, perjurios, agravios, amigos en común, cartas de amenaza, relaciones tortuosas mentiras, mentiras, mentiras, sexo, mentiras, confesiones, mentiras, represiones, mentiras, impresiones, mentiras 
explosiones...MENTIRAS!! 





 Ya me siento mejor, escucharte hablar sin parar de la paz interior que conseguiste en katmandú -o donde fuere- me tranquiliza, estoy segura que no es así, que te perfumás con esas palabras, que te inquieto tanto cómo vos a mi...    
En un silencio ,nos atrapamos con las pupilas, tan fuerte que tenemos que correr la cara, cada una a cualquier punto para que no se note,  nos dimos cuenta... no somos las mismas, ya ni me acuerdo...ni si te odio, ni si te amo, ni si nos podremos perdonar algún día... sólo sé que las dos, con estos terribles cojones tenemos, también, tamaños miedos, la una de la otra...ya no competimos, sencillamente nos alejamos, temiendo de que el universo empiece a descocerse si algún día nos volvemos a encontrar de verdad, sin la gente de por medio y con el tiempo por delante, con todo esto nuevo que sabemos, que la otra no sabe, con todo esto que somos; ya sin miedo de esa palabra que estamos seguras que no nos identifica, pero con la certeza de que juntas el cielo y el infierno están a un paso. 
Me levanto, ya terminé la cerveza... 
-Mañana me tengo que levantar temprano, chau gente!

miércoles, 12 de octubre de 2011

Opio

La Indiferencia es el Sida de los pueblos.
Ignorancia la bandera.
Desidia el pan de cada día.
Desconfianza por religión.
Miedo, incertidumbre y odio las manos que modelan nuestra identidad.
Feliz día de la raza putos.