No sabemos como llegaste aquí, ni lo que estas buscando, pero esto es con lo que te vas a encontrar

viernes, 20 de abril de 2012

33 mineros



Juan Carlos Carroña.

Un viejo sofá_a_resortes tapizado en cuero amortiguó mi caída, su piel se sintió áspera y dura - Tan porosa que podía olerse la multitud de culos que habían reposado en él -.
 De los espirales oxidados se desprendió el aliento del infierno como réplica al bostezo chillón y metálico que crujía en las entrañas de ese lecho despellejado. Abatidos por la caída todos los presentes me observaron de repente y con muecas de fastidio. Y así como me vieron, todos devolvieron su mirada al televisor... Extrañamente se encontraban dispuestos de manera concéntrica a éste, sentados casi sobre el mismo radio que hacía eco en el medio del aparato; Equidistantes...
 Como si se tratara de una fogata que los quemaba en una noche helada, la vida se había resuelto en un metro, y el destino, en el fondo de ese aparato… Los ojos como rayos mantenían encendida en llamas la pantalla que iluminaba el cuarto con un aleatorio olear de luz. El humo_consecuente sin demasiado esfuerzo había logrado confundirse con el paisaje, saturándolo todo con un efecto granulado como el de las películas_de_16mm que irritan los ojos para finalmente escapar, fugaz, por un buraco que parecía ser de un aire acondicionado del cual sólo queda la carcasa oxidada y el aire que pasa sin condiciones llevándose el momento a pasear por la medianera.
De a poco el baile se fue consumando sobre la tela_de_luz_volátil. La llama desplegaba su paso entre todos para regalarme un beso tibio cada tanto. Y de esta manera, "mal consentido", el miedo que sentía en un principio comenzó a drenar gradualmente sobre el sillón mientras el mundo se hacía foco a sí mismo en la tv, reduciendo-se, como pichí en la arena.
 Mi atención jugaba al Pac-Man sobre el cristal hirviendo cuando inesperadamente---->; CRANnnn!!- Se me atrofió el tacto: Alguien pasó por delante!… Traía un plato en la mano y caminaba rengueando envuelto en una campera de pelos negros apelmazados. Atravesó la visual quebrando el enrriedo de la flama que nos tenía hipnotizados. De repente un parpadeo me mostró la oscuridad pura del negro; Instintivamente busqué los objetos detrás del humo pero nada se definió a si mismo, todo era parte de la voluntad del brillo que bajaba línea desde el aparato; Bajaba y subía periódicamente la marea eléctrica contrastando al cuarto_oscuro. Aturdido busqué en los rincones pero no encontré color alguno, recorrí con los ojos hasta las manchas del techo y nada, todo era blanco_y_negro y permanecía incondicionalmente bajo la sombra ensordecedora de “ese ruido blanco”(1). Comenzé a desesperarme, no podía ver nada... el televisor, las caras, mis manos, el sillón, el aire... Busqué por todos lados y no hallé color ni viento ni nada en ese cuarto misterioso_y_mal_habitado. Estaba apresado, Cromoasfixiado y muy mal acompañado... Tenía que hablarles!. Necesitaba liberarme, pero cómo... ¿Cómo explicarle a estos tipos; Cómo romper el silencio y ser más prudente, cómo contarles lo que se siente al rojo o al celeste cielo, al amarillo del sol o el marrón caca de perro??... Imposible, nunca entenderían!… Zafiro, Sepia, Escarlata, Jade, Ambar y Carmesí mucho menos , si yo los tengo vistos nada más que en el tutifruti -.
 Mi pequeña excursión cromática acabó traumáticamente hundiendo el submarino amarillo en un mar color sangre_de_película_blanco_y_negro cuando me di cuenta lo que pasaba  ( Desesperadas pataleaban mis ideas intentando no revolver demasiado el sillón) :  El viejo estaba sirviendo el plato con fetas de un cuerpo disimulado en uno de los rincones oscuros!!... Putaquepario!! No me animé a verle la cara a nadie, ni a respirar, ni moverme, ni latir siquiera; No podía cerrar mis ojos tampoco, mis párpados estaban pegados por el pasmo y el desconcierto. Podría haber llorado, corrido o golpeado a todos pero lo cierto es que no podía, no podía hacer nada más que entregarme a la estupefacción. El anciano dejó el cuchillo en el suelo y comenzó a girar sobre su mejor pierna en dirección al sofá; Inmediatamente me refugié en el televisor como todo los demás, sugestionados y obedientes fueron tomando uno por uno su porción y la llevaron a la boca sin despegar sus plegarias del fuego multimediante. Cuando llegó a mí quedaba solo una, sin dudarlo la tomé y me la metí entre los dientes… - El miedo me había invadido de una manera “útil” a estas horas, ya estaba haciendo cosas sin pensarlo-.
 No quise, pero inmediatamente le encontré gusto a empanada árabe, aceitosa y mal condimentada. Mientras tanto este hombre, o ser, o ente de abrigo peludo y caminar arrastrado -Como si le faltaran cuadros_por_segundo a su vida - elevó lenta_y_pausadamente el plato con sus dos manos y se lo llevó a la boca... Pude escuchar como sorbía del borde los restos del precario bocadillo humano. El ruido penetró mis oídos, al estómago. Los resortes me pinchaban el culo y la adrenalina me enloqueció la cara cuando le escupí mi filete medio masticado en el ojo al de al lado y le apliqué una trompada ascendente con plato incluido al cuco peludo de Mafalda, en el mismo movimiento corrí entre la neblina carbónica hasta la luz que se escondía detrás del viejo aire acondicionado. Lo empujé como para voltear la pared entera y salí por ese agujero no_sé_como.Fin.

Hoy en día no entiendo si esa TV fue el origen, el centro o la puerta; Si esos dos en el sillón eran cómplices, usuarios o las víctimas; Si el control remoto soy yo y el zapping la censura; Si la marioneta le gana al títere o el títere es quien manipula los dedos del destino; Si las ideas son de colores y las intenciones un terciopelo negro; Si la oscuridad es la autoridad competente y la calesita del circo es la que mete ruido en todos lados; Si el carnicero peludo mató a alguien, lo encontró o simplemente es el que está mejor informado…

1 - Ruido Blanco – Es un sonido aleatorio que siempre está presente en todas las frecuencias de onda y con la misma densidad de potencia. Como la luz blanca es aquella que contiene todas las frecuencias del espectro visible (Todos los colores), a “ese ruido” se lo bautizó como Ruido Blanco. O, si preferís la explicación de Miles David, "El silencio es el ruido más fuerte, quizá el mas fuerte de todos los ruidos.”